Ficha técnica
Distancia: 2,040 km ida y vuelta
Desniveles acumulados: + 122,8 metros y – 122,8 metros
Dificultad: Baja
Tipo de ruta: Lineal
Duración: 1 hora
Color de Señalización: ▬▬▬▬▬▬▬▬▬
Descripción
Pequeña ruta de senderismo que se inicia en la parte sur del pueblo de La Tejera, al final de la calle Iglesia, donde se encuentran las canchas deportivas. La ruta discurre por el camino tradicional que daba acceso a las fincas de castaños de la ladera sureste del pueblo. Algunos de estos árboles son centenarios y tienen una gran belleza y alto valor ecológico. Nada más pasar las canchas deportivas en un desvío a la derecha a 20 metros nos encontramos la “Fuente de la Escarramana”. Esta fuente era utilizada antiguamente en invierno como abrevadero, cuando había grandes nevadas y el ganado permanecía estabulado, se sacaba a esta fuente a beber.
Descenderemos rápido siguiendo el camino zigzagueante, adaptado a la fuerte pendiente, que nos acerca al río Gamoneda en el que se sitúan los “Muiños”. Llegaremos a un cruce donde pasa el camino del contrabando y giraremos a la derecha, para en pocos metros girar a la izquierda y continuar acercándonos al río donde ya podemos ver los azudes que abastecían de agua a los molinos. En este tramo de río hay 4 molinos el de Sarabella, La Chemena, Novo y Ponte nova, todos en ruinas. Eran molinos de rodezno en los que la fuerza del agua, que se desviaba del río por un azud, encauzándose por un caño hacia el molino, donde entraba en una canaleta más estrecha de madera, aportándole mayor energía al agua que empujaba las palas del rodezno metálico que hacía girar por un eje de madera una de las muelas o piedras asurcadas sobre otra fija, para moler el grano y obtener el salvado y la harina.
El grano se transportaba hasta el molino desde el pueblo en burro. Si nos fijamos en la entrada de los molinos, veremos una piedra en la que se han picado unos pocillos, donde se le ponía al burro de comer para que no se moviese de allí.
Tras visitar los molinos con precaución, ya que están semiderruidos, y sin llevarse nada respetando el patrimonio cultural del pueblo, volveremos por el mismo camino que vinimos que es el que recorrían los burros ya cargados con los sacos de harina.