De niños nos contaban nuestros mayores una leyenda trasmitida verbalmente de sus antepasados, la cual se refiere a un cerro que se eleva en un bajo relieve, denominado como «O Castelo». Esta misma historieta se recogía en el Libro de Los Tesoros, que en tiempos de vacas flacas fue mi conocido en varios pueblos de la zona y en el que mucha gente desesperada depositó su esperanza.
Según la leyenda en el cerro hubo un asentamiento de moros que lo tuvieron que abandonar repentinamente por causas desconocidas, dejando en una cueva del lugar un tesoro compuesto de monedas y una mesa de oro. Este tesoro pertenecía al rey Wamba o Bamba y jamás pudo volver a recogerlo por lo que, en principio, debería de seguir en dicha cueva.
En la cara sur del cerro aun se aprecia perfectamente la enigmática «A Media luna» esculpida en la roca a nivel del suelo y orientada al medio día. Según la leyenda es el punto de referencia al acceso a la entrada de la cueva donde se hallaría el tesoro.
Este entorno fue escavado y rebuscado desde fechas ancestrales hasta los años 50, en busca de la entrada a la misteriosa cueva donde se halla depositado el tesoro, dejando a su paso cantidades de piedra movida procedente del suelo y paredes del supuesto asentamiento. De hallazgos jamás se tubo constancia, pero los buscadores no se rindieron, y cuando unos abandonaban otros probaban su suerte. En definitiva parece ser que el tesoro permanecerá sepultado hasta que algún buscador más astuto lo rescate. La incógnita es quien y cuando.
Lo que si se sabe según los testimonios arqueológicos es, que está considerado como un «castro celta» llamado como, «El Castelo de Moros de La Tejera». También está por comprobar si fue un asentamiento o un poblado. Eso no quiere decir que posteriormente a la cultura celta, siglos después fuese habitado por los moros según« la leyenda».
Los castros celtas más próximos a El Castelo de La Tejera, entre otros diversos de Sanabria, contamos, con «As Muradellas» en Lubián, y «El Castillo» en Calabor. En los peñascos de este cerro suele anidar el búho, y algún tiempo atrás también criaba el lobo. Los castros eran campamentos o fortificaciones situadas en un promontorio o elevación del terreno. Fueron muy abundantes en el noroeste peninsular. Estaban formados por viviendas agrupadas formando una ciudad, con su correspondiente sistema defensivo y servicios comunitarios. La cultura de los castros abarcó una extensión aproximada de mil años.
Documentos históricos
Registro de montes
Sierra de Gamoneda (Agosto de 1920)
Escritura de montes. Inscripciones en el registro
Finca núm. 10 (Agosto de 1961)
Finca núm. 11 (Agosto de 1961)
Sección nobleza del archivo histórico nacional de Toledo
Apeos de La Tejera y reconocimiento de censos a favor del Conde Benavente
Reconocimiento del fuero (Septiembre de 1605)
Reconocimiento del fuero (Octubre de 1673)
Reconocimiento del fuero (Noviembre de 1726)
Reconocimiento del fuero (Octubre de 1736)
Delimitaciones territoriales
Hermisende y La Tejera (La comisión del pueblo de La Tejera no estuvo de acuerdo con ese deslinde. No tiene validez)